El nacimiento de la robótica industrial: Unimate en 1961

La historia de la robótica industrial comenzó en 1961 con Unimate, el primer robot industrial implementado en una línea de producción. Este avance marcó el inicio de la automatización en la industria manufacturera. Desarrollado por George Devol, quien patentó la idea en 1954, y comercializado por Joseph Engelberger —conocido como el padre de la robótica industrial—, Unimate fue instalado en una planta de General Motors en Trenton, New Jersey, para ejecutar tareas repetitivas y peligrosas de forma segura y eficiente.
Con un peso de 1.800 kilogramos y cinco grados de libertad, Unimate era capaz de mover piezas calientes de fundición desde una prensa hasta un tanque de enfriamiento, evitando el riesgo para los operarios humanos. Aunque su coste de implementación rondaba los USD 18.000 (equivalente a unos USD 180.000 actuales), demostró un gran retorno de inversión al mejorar la seguridad laboral y la eficiencia operativa. Además, permitió reducir la exposición humana a tareas insalubres y optimizó los tiempos de producción de forma significativa.
De Unimate a la evolución de la robótica industrial
El impacto de Unimate fue inmediato y global. Su introducción no solo optimizó procesos, sino que sentó las bases de una nueva era tecnológica. A partir de su éxito, la robótica industrial evolucionó rápidamente, incorporando sensores, inteligencia artificial, visión artificial y sistemas de control digital cada vez más avanzados. Esta evolución permitió que los robots fueran más autónomos, precisos y adaptables a distintos entornos de fabricación, abriendo paso a la manufactura inteligente.
En los años posteriores, industrias como la automotriz, la electrónica, la alimentación y la farmacéutica comenzaron a adoptar soluciones robóticas a gran escala. Japón y Alemania lideraron esta transformación durante los años 70 y 80, invirtiendo en el desarrollo de robots más ágiles, seguros y colaborativos. El nacimiento de los denominados “cobots” —robots colaborativos diseñados para trabajar junto a personas sin necesidad de jaulas de seguridad— marcó una segunda revolución dentro del sector.
Hoy en día, la robótica industrial es un pilar fundamental de la Industria 4.0. Gracias a la integración con tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), el aprendizaje automático (Machine Learning) y la analítica de datos, los robots industriales son capaces de tomar decisiones en tiempo real, prever fallos y mejorar continuamente su rendimiento. Todo esto sería impensable sin el legado de Unimate, que demostró que las máquinas podían ejecutar tareas complejas de forma autónoma y confiable.
Esta revolución tecnológica cambió para siempre el panorama de la producción. Gracias a pioneros como Engelberger y Devol, la robótica industrial no solo incrementó la productividad, sino que redefinió el rol humano en la fábrica. Automatizar se convirtió en sinónimo de eficiencia, seguridad y evolución industrial. Hoy, Unimate es considerado el punto de partida de una transformación que continúa expandiéndose y mejorando día a día.